almas conectadas desde la distancia
Por: Mariajose Roa Cepeda.
Esta es la historia de una migración por amor entre un sueco y una colombiana. Una pareja que lleva 6 años demostrando que el amor, es amor. Sin importar la cultura, el idioma, la raza o el lugar de nacimiento. Es un sentimiento tan fuerte que convierte kilómetros en centímetros cuando se trata de conexión.
Foto: Cortesía de Meira y Andreas.
"es un sentimiento tan fuerte que convierte kilómetros en centimetros"
Foto: Cortesía de Meira y Andreas.
Andreas es un sueco de 48 años. Alto con su tez blanca hace destacar su barba invadida de cabellos blancos y su cabeza totalmente rapada. Sus ojos azules son el complemento perfecto para deducir que tiene un estilo de europeo bohemio. Su acento es una combinación de inglés con castellano. Su aspecto cálido y tranquilo transmite una energía de paz en donde quiera que esté.
Meira una colombiana de 41 años es pequeña y tiene una tez blanca que hace que resalten sus cabellos cortos rojizos y castaños. Sus grandes ojos cafés son una ventana que permite ver cada sentimiento, expresión y sensación. Su naturalidad es clave para identificarla como una mujer sencilla que no necesita demasiada producción. Su acento es totalmente rolo además de un poco burlesco, lo que la hace reconocerse como una buena colombiana. Su personalidad tiene un carácter fuerte a diferencia de Andreas.
Foto: Cortesía de Meira y Andreas.
Queda por preguntarse ¿Cómo sucedió ese desplazamiento por amor? ¿Cuál fue ese motivo principal que hizo que dos almas llegaran a conectar?
Todo empieza cuando Andreas decide mirar un panorama distinto al que estaba acostumbrado. La idea principal de ese movimiento era expandir su emprendimiento de paneles solares al exterior, que mejor destino que Bogotá, una ciudad que en ese entonces era aún una novata con el tema de energía solar.
“Todo empezó por mí, porque yo la primera vez que llegué a Colombia en el 2017, fue por cuestiones profesionales, Siempre fueron viajes puntuales y rápidos.”
Mientras tanto Meira era digitadora del Banco de Bogotá; había vivido toda su vida en su ciudad natal. Para ella nunca fue una opción irse a otro lugar.
Siempre había sido una mujer con fuertes valores familiares. Ponía en un segundo plano una relación sentimental, para ella siempre fueron “bobadas”.
Son dos personas que nunca se imaginaron llegar a coincidir. Ambos tenían vidas totalmente diferentes al otro pero un día tuvieron la suerte de encontrarse…
“La verdad nos conocimos por hmmm ¿Cómo es eso amor? ¿Una app o que es?”
“Si, una aplicación de citas.”
“Nos conocimos por ahí y empezamos como a hablar, pero aún no nos habíamos visto. Luego ya a lo último decidimos que sí sería bueno reunirnos a tomarnos un café.”
El 10 de marzo del 2018 tuvieron su primera cita en el centro comercial San Martin, ya que era cerca de donde trabajaba Meira. Decidieron sentarse en la primera cafetería que encontraron.
“Ese sábado llegamos a tomarnos un café a un centro comercial, donde sin ninguna expectativa empezamos a hablar. La conversación comenzó a fluir muy fácil hasta que nos dimos cuenta de que ya nos estaban sacando para cerrar el sitio.”
Desde de esa primera cita decidieron que querían seguir viéndose. Pero aún no era algo acordado; más que todo era de forma espontánea o unas visitas rápidasen los horarios de almuerzo del trabajo de Meira. Después empezó a ser más frecuente. Los fines de semana se veían para salir a charlar, caminar, cenar o tomarse unos “vinillos”.
El tiempo confirmó su noviazgo y quedó pactado por un primer beso. Desde ese momento pensaron que su relación no se basaba en tener los mismos gustos musicales, un color favorito en común o utilizar el mismo estilo de ropa; era una conexión que trascendía más allá de lo que ellos podían ver.
“Nos dimos cuenta de que nos habíamos conocido en vidas pasadas…”
“Yo lo digo a mis amigos si existiría la posibilidad de un alma gemela pues yo la encontré en esta vida.”
"si existiría la posibilidad de un alma gemela, pues yo la encontré en esta vida"
A pesar de la conexión y lo que sentían el uno por el otro la distancia era un factor realmente difícil de llevar en su relación, porque cada vez que estaban juntos rectificaban que amaban pasar tiempo compartido.
“De hecho, antes de la pandemia estuvimos separados, obviamente ya estábamos saliendo.”
“Ya éramos novios.” (Meira afirma y se ríe)
“Ya éramos novios, exacto. Yo aún vivía en España y estuvimos ese año 2019 dos meses repartidos en 2 o 3 veces durante el año. Fue una prueba monumental no vernos y después en la pandemia (hace un corto choque con sus manos) estar pegados.”
“Literal todo el tiempo.”
“Si uno sale fortalecido después de todo eso es una buena señal.” “Bueno si estamos para estar juntos.”
“Si, si está bien.” (Andreas sonríe)
Fue la distancia la que hizo que ellos dos unieran sus vidas. Andreas llegó a Colombia para vivir ya oficialmente con Meira en 2020, dos meses antes de pandemia, algo que para muchas parejas y familias fue una de las situaciones más difíciles, para ellos fue un aspecto positivo en su relación. Porque se dieron cuenta de que funcionaban más estando juntos que distanciados.
El “adiós” es una palabra que muchas veces no es fácil de decir. Porque te aferran recuerdos, sentimientos, personas y momentos. Sabes que no vas a volver a vivir por mucho tiempo o tal vez nunca. Para Andreas eso nunca fue una opción; él no tenía miedo de nada de lo que le esperaba en Colombia.
“Cuando ya tomé la decisión de quedarme, yo realmente ya no tenía raíces que me ataran a España. Nunca tuve que decidir entre dos lugares. No fue para mí difícil como para las personas que viven mucho tiempo en un lugar, porque ese desgarre yo ya lo había hecho. Por eso para mí fue muy fácil esa “migración”.”
Referirse a la migración como una despedida, implica también asumir una nueva bienvenida; donde, cuando, cómo y porqué. Pero ese movimiento se vuelve más especial cuando algo en específico es lo que te motiva a comenzar de nuevo.
“¿Por qué Colombia? ¿Qué es lo que te enamora de Colombia?” “Meira, baby.”
“Obvio, así es.” (Meira sonríe con los ojos aguados)
“Si yo tengo que ser sincero, si no fuera porque yo estuviera con Meira no creo que hubiera perdurado aquí solo por el trabajo.”
El amor demuestra que es capaz de romper fronteras. Hace que esos 8033 kilómetros de distancia se conviertan en dos centímetros cuando se trata de comenzar de nuevo. Arriesgarse y no detener ningún impulso por lograr esa nueva bienvenida. Porque algo dentro de tu corazón te dice que vale la pena cada segundo que pasa después de que estás dejando atrás las raíces que nunca pensaste abandonar. Porque es necesario comenzar de nuevo y más cuando puedes encontrar a tu compañero de vidas pasadas.