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UN PARTO DE 4 MIL KILÓMETROS

Por: Santiago Garzón Alava.

Esta entrevista virtual, cuenta con validaciones científicas de la bióloga marina Lina Quintero, egresada de ciencias marinas del CICIMAR en el instituto politécnico nacional de México. 

 
Alrededor de 20 metros de pura carne y hueso. Sus manchas seguidas una de la otra, formaban en su parte superior un patrón casi perfecto, pero en sus laterales una sensación de ver el cielo estrellado de noche; su boca sin dientes, con una amplitud mayor al metro y medio. Es un animal pacífico, quizás torpe debido a sus dimensiones y a sus lentos 4 kilómetros por hora a los que suele nadar, pero para nada agresivo... Ella, ellas son las que tienen migraciones más extensas. Su especie casi que solo cuenta con migraciones femeninas.  

¿En el mundo de su especie, se considera usted joven, madura o vieja? 

 “En mi mundo, soy una tiburón ballena madura, tengo 38 años de edad, y según he visto, podría durar alrededor de 22 más.” 

 
¿Qué opina usted de la especie humana? ¿Por qué atreverse a dar la entrevista? 

 “No suelo ser agresiva con nadie, y sé que mi presencia intimida a más de uno. En cuanto a los humanos… ni me interesa en realidad, de hecho algunos me aterran, sin embargo, ante las dudas presentadas, y la ignorancia general de su especie, consideré seriamente brindarle esta información.” 

 
¿Por qué moverse por los distintos océanos del mundo? 

 “Es simple, así como en la superficie hay temporadas, aquí abajo, también las hay, muchas veces las temperaturas marinas se modifican, provocando que algunos de nosotros cambien su estancia en una zona específica, simplemente porque necesitamos del calor, o quizás del frío, depende de nuestro momento y nuestras necesidades. En mi caso, me estoy desplazando hacia el golfo de México, pues allá en este momento, hay temperaturas que favorecen el crecimiento de mis crías.” 

 
¿Sus crías? No las veo ¿Dónde están? 

  “En mi interior, nosotras las tiburones ballena, contamos con la posibilidad de almacenar nuestros huevos en nuestro abdomen por un tiempo de casi un año, luego ellos eclosionan dentro, y una vez así, los soltamos.” 

 
Es algo extraño, ya que, si bien guardan los huevos en una placenta similar a la humana, nosotros a diferencia de ellos no tenemos huevos en el interior, simplemente está el bebé creciendo… ¿Cómo vive la maternidad? 
“Ser madre para nosotras es complicado. A diferencia de ustedes, nosotros tenemos que exponer de inmediato a nuestras crías a los peligros del mar abierto, que no solo son depredadores, también son ustedes mismos. Sin embargo, el momento en el que nacen, me resulta casi abrumador. La mayoría de nosotras, puede tener en una sola puesta, alrededor de 300 hijos, de los cuales, con suerte, sólo 3 podrán llegar a la edad adulta.” 

  

¿Y la paternidad? 

 “Los machos de mi especie solo se preocupan por comer, sobrevivir y embarazarnos, sus migraciones son principalmente por temperaturas y por alimento. De resto son simplemente individuos que casi parecieran sin cerebro. Probablemente, los padres de mis hijos ni siquiera se acuerden de mí ni de los niños que van dejando por ahí.” 

"ser madre para nosotras es complicado"

Entonces, ¿Las hembras se mueven solas miles de kilómetros para encontrar un ambiente y un clima óptimo para la expulsión, y posteriormente, para el crecimiento de sus crías? 

 “Así es, aunque en el camino hay muchísimos peligros, es necesario hacerlo si queremos tener hijos fuertes que puedan conservar la existencia de la especie en la tierra.” 

 
¿Qué clase de peligros? 

 “Los humanos son el mayor peligro! La cantidad de basura que nos encontramos moviéndonos, es absurda, tanta que a veces resulta imposible seguir nuestra ruta sin exponerse a consumir algún plástico, cortarse con algún trozo enorme de metal, o enredarse con esas asquerosas mallas que ustedes usan para pescar. Ah! Y no olvidemos que nosotros como especie somos, por algún extraño motivo, un objetivo clarísimo para su colección de trofeos, o no se qué, pero definitivamente he visto a más de uno caer muerto a manos de ustedes.” 

 
¿Cree usted que todos son así? 

“Muchos humanos ni siquiera saben lo que hacen, aunque hay otros que, por algún motivo extraño, se preocupan en salvarnos, y ayudarnos a preservar nuestra especie. A mí misma me diagnosticó uno. Un chico me insertó con mucha delicadeza un artefacto extraño en mi aleta dorsal. De lo que alcancé a escuchar, es para poder rastrearnos y encontrar dónde estamos, para así estar más seguros del lugar y la situación en la que podríamos estar involucrados... Eso me hace pensar que no todos son malos, sin embargo, es una medida que no puede salvarnos a todos.” 

 
¿Cómo definen las rutas dentro del oscuro mar? Dudo mucho que existan carreteras o algo por el estilo? 

“Esto es algo que he escuchado que muchos tratan de averiguar, la verdad es que yo puedo responder solo por mí, ya que no sé cómo funcione para otras especies. Nosotros podemos detectar los campos magnéticos de la tierra, además gracias a los cambios de temperaturas, el tipo de agua, en cuanto a color, cantidad de sal y demás, podemos encontrarnos fácilmente, lo que nos ayuda a tener claro nuestro horizonte y nuestro punto de llegada. La verdad no estoy segura de como explicarlo, simplemente pasa, es como que sé a la perfección hacia donde voy... Quizás es puro instinto.” 

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